Rumbo a Cartagena

Despues de una madrugada a las 5AM, partimos a Cartagena por una carretera sin referente para la comparación y de la que solo se puede decir que las calles de Itagui son una autopista. A una velocidad e 30Kmh, nos desplazamos hacia nuestro destino, con una torta de chocolo en el estogamo, adquirida en Maria la Baja. Al llegar a Cartagena, quedó registrado el primer encuentro de mi primo David con su tio Fernando y nos dispusimos a realizar los preparativos del caso, para en las horas de la noche poder dormir en los salones del instituto de ingles, propiedad de Fernando. Posteriormente, y de nuevo por causa del mareol, me pegue una dormida excepcional, que finalizó con el almuerzo del pollo mas maluco y mas caro que me he comido en mi existencia. Al final la noche termino con un recorrido por los lugares comerciales de Bocagrande y en una rumba electronica en la ciudad vieja, interrumpida por la policia debido a la presencia de menores de edad en el lugar y por la posesión de una nuvea droga hasta el momento desconocida para mi, denominada Poper (que espero que no se escriba como el positivista aquel). Al final quedamos a media caña, y me di cuenta que todo lo que hasta ahora habia pasado pudo ocurrir perfectamente en Medellín y que verdaderamente estabamos perdiendo el tiempo. Al final, Pablo y yo, dormimos en el salon de clases donde se hallaban los computadores y en donde nos pusieron de compañia a un ventilador marca Lobo del Aire, que si no es por el efecto de los pocos OHs, no nos hubiera dejado dormir.